Un cristiano sin complejos: Denzel Washington.

Que se lea la Biblia es un poco raro por la península Ibérica. Pero en América es más habitual. Quizás más en Estados Unidos, aunque me da la impresión de que cada vez menos. 

Ahora bien, lo que si es poco visto es que personajes famosos lo manifiesten públicamente. Quizás porque a los medios de comunicación no les interesa ese tipo de declaraciones, y no las recogen en sus medios. O quizás porque los asesores de los personajes populares no  lo aconsejen por cuestiones de "imagen".

A veces me encuentro por Internet con algunas excepciones, y es lo que me ha sucedido estos días. Se trata de Denzel Washington, que ya en otras ocasiones se ha manifestado como cristiano y lector de la Biblia. Esto además de protagonizar la película "El libro de Eli", misterioso libro que no era otro que el último ejemplar de la Biblia en una "futura tierra" decadente sin más esperanza que el Libro transformador. Libro que en el fondo era muy difícil de perder o robar, puesto que no era de papel, sino de .... Si he conseguido mosquearte, ve la película, hasta el final, y entenderás.

Volviendo a las últimas declaraciones de Denzel, nos cuenta noticiacristiana.com que fueron realizadas en entrevista para la edición americana de la revista GQ. En ellas rememora "los inconvenientes" que tuvo que sobrellevar por ser hijo de un pastor cristiano pentecostal. No es que su padre fuese un tirano, pero por ser su hijo, para Denzel "había ciertas cosas que no podía hacer". También rememora los largos domingos que debía pasar en la iglesia de su padre. Está claro que al joven Denzel además de la responsabilidad habitual que toca a todo cristiano que se toma su convicción en serio, le tocaba la responsabilidad de ser, comportarse y "figurar" como "hijo del pastor". No me cuesta imaginar lo pesada que en ocasiones le pudo resultar al Denzel esa segunda responsabilidad.

Por otra parte, también cuenta en la entrevista los privilegios que tuvo por contar con un padre, cosa que muchos de sus amigos no tenían, y además, un padre con la talla espiritual como la del suyo: “Muchos amigos no tenían padre. Tuve un padre. Mi padre era un hombre decente. Él era un hombre muy espiritual y un caballero”.

Respecto a su experiencia espiritual, también comparte la que tuvo a los 20 años, cuando recibió la invitación a dejarse llevar por el Espíritu Santo: “El ministro estaba predicando 'déjalo actuar' ”. Lo que experimentó tras su entrega  al Señor lo rememora con estas palabras: “Yo estaba babeando, llorando, sudando. Mis mejillas explotaron. Me estaba liberando. Fue muy intenso”.

A pesar de ser hijo de un pastor Pentecostal, esa nueva experiencia le dejó anonadado. Tuvo que recurrir a su madre para que le orientara ante aquella nueva experiencia, que seguramente ya habría oido y conocido intelectualmente, pero que jamás había experimentado de una forma tan sensible y personal: “Llamé a mi mamá, y ella me dijo que había sido lleno del Espíritu Santo”.

También explica que lee la Biblia a diario y que mantiene la costumbre de orar arrodillado, costumbre para la que se ingenió una eficaz estrategia:  “Pongo las zapatillas debajo de la cama. Así que cuando te levantas por la mañana, tendrás que ponerte de rodillas para encontrarlas. Y una vez que estás allí, empiezas el día con una oración. Pida sabiduría. Pida entendimiento”.