~Siglo XV antes de Cristo: Primera regulación del trabajo e institución del día de reposo.

En más de una ocasión he hecho abstracción de mi condición de creyente bíblico y me he preguntado... ¿a quién se le habría ocurrido esto de descansar un día de cada 7? Y la verdad es que no he llegado a ninguna respuesta satisfactoria. 

Evidentemente, antes he buceado por internet en busca de alguna respuesta que explique esta institución tan ampliamente extendida hoy día, pero sin resultados positivos. Sin resultado positivo referido a la búsqueda de antecedentes al margen de la religión y la Biblia. Porque una vez “hecha abstracción de mi condición de creyente bíblico”, poco satisfacían mi curiosidad las referencias bíblicas o religiosas coetáneas del judaísmo/cristianismo.

Y es que al margen de cuestiones religiosas, ¿cómo pudo despertarse interés porque los trabajadores dejasen de producir 1 de cada 7 días?

Evidentemente, a los esclavos y siervos les vendría de perillas. Pero no eran precisamente ellos los que decidían el quehacer diario. Por otra parte, los artesanos libres bien podrían haberse auto-organizado para descansar 1 día de cada 7. Pero además del hecho que aunque ellos eran libres, a su vez utilizaban esclavos y aprendices, por lo que tampoco tendrían mucho interés en mermar la cantidad de jornadas disponible para la producción. Así, pues, es difícil imaginar cómo llegaron a confluir en la idea y establecer una descanso colectivo sin mediar algún tipo de legislación preceptiva.

Pues bien, mientras no me llegue ninguna referencia que explique el origen de esta norma tan provechosa y bien aceptada por todos los trabajadores, renunciaré a la abstracción de mi condición de creyente bíblico y daré por hecho que fue en la Biblia donde por primera vez se regula socialmente el descanso semanal.

No es de descartar que un argumento tan evidencia de la singularidad de la Biblia pase desapercibido cada semana por la inmensa multitud de trabajadores que lo disfrutamos precisamente por su cotidianidad. Y es que nos pasa como Naamán, reacio a aceptar una curación milagrosa a no ser que fuese acompañada de manifestaciones espectaculares y fuera de lo habitual (2ª Reyes 5:9-12 .- “ ... Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo.  Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.  Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra.  Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. ...”.  Lee desde el versículo 1 hasta el 14 y conocerás la historia completa.)

Y la Biblia no se quedó corta, pues estableció un periodo de reposo, tanto para el obrero, el esclavo y hasta los animales domésticos. Véase en Éxodo capítulo 20 versículos del 9 al  11:

Seis días trabajarás,  y harás toda tu obra;  más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios;  no hagas en él obra alguna,  tú,  ni tu hijo,  ni tu hija,  ni tu siervo,  ni tu criada,  ni tu bestia,  ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.  Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra,  el mar,  y todas las cosas que en ellos hay,  y reposó en el séptimo día;  por tanto,  Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
(Éxodo 20:9-11)

Sin percatarnos por su cotidianidad, en el descanso semanal tenemos otra muestra de cómo los valores bíblicos han calado en nuestra sociedad conformándola hacia un espacio con mayores niveles de justicia y felicidad (¿por qué será que tantos quieren rebasar nuestras fronteras?).