Sello de Natán-melec: Otro pequeño objeto que apuntala la historicidad de la Biblia.

Bueno, en realidad se han encontrado dos objetos, pero me quiero referir a uno en especial porque incluye la primera mención de un determinado nombre bíblico hallada por los arqueólogos. Se trata de un nombre que sin tener mucha relevancia, y cuya mención en 2º de Reyes 23:11 es casi anecdótica, permite avalar la historicidad de relatos tan interesantes como los referidos al rey Josías y sus reformas.

Lo encontrado por los arqueólogos

Los equipos de Ayyala Rodan y Sveta Pnik, en unas excavaciones en la Ciudad de David (en Jerusalén), han encontrado dos sellos interesantes: uno impreso en cerámica (una bulla), con la inscripción “LeNathan-Melech Eved HaMelech“ (perteneciente a Nathan-Melech, Siervo del Rey), y otro en piedra ágata azul  con la incripción  “LeIkkar Ben Matanyahu “(perteneciente a Ikkar, hijo de Matanyahu”).

Tienen una antigüedad de unos 2600 años, y aunque no juntos, ambos estaban cerca del primer templo. Más concretamente en una gran estructura de dos pisos que probablemente fue un centro administrativo. Destacan los arqueólogos que el hecho de que no hayan aparecido a través de los conductos que comercializan objetos arqueológicos, sino que han sido encontrado por ellos mismos en el sitio original donde fueron usados, aporta una mayor credibilidad y permite encuadrarlos perfectamente en el contexto histórico. 

Primer punto de correspondencia: la popularidad

Pero el que no fuese un personaje de alto rango no implica que no fuese conocido popularmente. Al menos, hasta el punto de que su aposento fuese utilizado como referencia para ubicar otro objeto que realmente ya no existía cuando se escribió 2ª de Reyes.

Leamos el versículo 23:11 antes de continuar: “Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo de Jehová, junto a la cámara de Natán-melec eunuco, el cual tenía a su cargo los ejidos; y quemó al fuego los carros del sol”.

Está claro que cuando se escribió ese versículo 11 los caballos ya no estaban en su antigua ubicación. Pero el autor de 2ª Reyes quiso dejar muy claro dónde estuvieron antes de que fuesen retirados. Pues bien, no se le ocurrió otra cosa que especificar su antigua ubicación justo al lado de la cámara del eunuco Natán-melec. Evidentemente ese eunuco debió ser muy popular entre los jerosolimitanos, pues de lo contrario, poco acertado hubiese estado el autor del pasaje. Y es que cuando se intenta clarificar alguna información mediante referencia a otra, lo lógico es que esa otra referencia sea conocida de forma indudable.

Dado que la popularidad de este eunuco no le venía de su cuna, ¿cómo la adquirió? Ciertamente por su oficio: responsable de los ejidos.

¿Qué eran los ejidos? No está muy claro. Las versiones que he consultado traducen el término hebreo por ejido, parbar, atrio, dependencias, habitaciones, anexos del templo, etc. Pero para lo que nos ocupa en este post, nada importa; puesto que lo importante es el hecho de su popularidad, y en los párrafos anteriores ya la hemos dejado bien sentada.

Así, pues, del análisis del texto bíblico queda claro que este eunuco era bien conocido por los jerosolimitanos de los tiempos de Josías. Pero, ¿cómo enlaza esta popularidad con el sello de arcilla encontrado por el equipo de los arqueólogos Ayyala Rodan y Sveta Pnik?

 La respuesta viene de la mano de la lingüista Dr. Anat Mendel-Geberovich (de la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Centro para el Estudio de la Antigua Jerusalén):

“El hecho de que fue escrito sin un apellido indica que su fama está a la par con las celebridades de hoy, como las cantantes Madonna o Adele”.

Segundo y tercer puntos de correspondencia: el sitio y la antigüedad

Sobre la ubicación del sello, ya apuntamos al inicio que se encontró en el mismo templo, en una gran estructura de dos pisos y varias habitaciones que probablemente formasen un centro administrativo. Quizá por esa zona, o no lejos de ella, estuvo la cámara de Natán-melec. Y no me cuesta mucho imaginarle rebuscando por suelos y rincones donde sin duda en alguna ocasión perdió su sello.

Sobre la antigüedad: también dijimos al inicio que se remonta a unos 2600 años atrás; allá por los tiempos que reinó Josías: entre el año 640 y el 609 antes de Cristo.  Y evidentemente, por aquellas mismas fechas vivió Natán-melec, funcionario a su servicio.

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